Memorias de un pescador octogenario
A mediados de los años 60 llegaron a Torrevieja los primeros motores fuera de borda para embarcaciones deportivas. Aún no existían las Náuticas actuales por lo que era el propio Manolo Guardiola el que nos facilitaba su adquisición.
Los primeros que trajo, eran unos estupendos motores de 4 caballos, los Sea Gull, que movían a 4 o 5 nudos los pesados botes de madera de entonces. Eran muy duros y resistentes y de un consumo muy bajo.
Con la adquisición de estos “fuera borda” la pesca con chambel, a una o dos millas de la costa, empezó a desarrollarse entre los aficionados. Sitios preferidos para ello eran los conocidos como: "piedras del lastre" (lugar, que como he dicho más arriba, era donde los veleros que venían de vacío a cargar sal, arrojaban su lastre de piedra,), y también "los Balcones por la punta" (del puerto), las “fuerzas de Carral”(frente a la punta Pilas), las “carihuetas” (frente al cabo Cervera) etc, donde se podían hacer pesqueras que ahora llamaríamos "pesquerones".
También con el uso de los pequeños motores, el curri costero aumentó su relevancia. Se salía ahora al curricán de fondo en busca de déntoles y abadejos que hoy por cierto (refiriéndome a estos últimos) han casi desaparecido. Entonces había zonas querenciosas (frente a la Veleta y Rocío del Mar) en cuyos algares y fondos rocosos a unos pocos metros de profundidad, conseguía Genovés muchas capturas de abadejos
Se cogían déntoles en los fondos rocosos de Punta Prima en 10 o l5 metros de agua y frente a la “testa” de Cabo Roig. En aquella época utilizábamos como profundizadores, simples balas de plomo y unos años después empezaron a emplearse los paravanes.
En aquellos años adquirimos un bote de madera y un motor de 4 CV Sea Gull, y en el mes de Septiembre íbamos tras los “bonítoles”, de medio a 3 cuartos de kilo, que por aquél entonces eran abundantísimos muy cerca de la costa, en 20 a 30 metros de agua.
Incluso alguna vez, en días muy buenos de mar, nos aventurábamos con el bote por aguas del Carrilón, tras los pequeños atunes o melvas, al amparo de barcos como el “1º de Mayo” de aquel amigo entrañable que fue Vicente “el Campellero”. Lo recuerdo como un viejo lobo de mar, sonriente y bondadoso, siempre dispuesto a darte un buen consejo o a enseñarte algo de lo mucho que sabía de la mar
Hacia el año 1.965 existían en Torrevieja muy pocos barcos deportivos de esloras superior a los 4 o 5 metros y de motor central. Se formaron, por aquel entonces, pequeñas sociedades de amigos que se unían para comprar barcos procedentes de ordinario de la Lista 3ª, y que eran transformados en barcos de recreo. Así recuerdo el grupo de buenos pescadores (el Dr.Sebastián, Manolo Sala, Martinez Carrión y alguno mas que no recuerdo) que compraron el “Dos amigos”, que patroneó Valentín Rojas, y a bordo del cual, se hicieron grandes pesqueras de chambel. Otro grupo lo formaron otros amigos de Murcia que compraron el “ 1º de Mayo”, que patroneaba su mismo dueño, Vicente el Campellero. Fue llamado luego, simplemente “Mayo”. También el “S.Antonio,” de "Perín" (primitivamente ambos barcos a vela latina), fue comprado por un grupo de amigos de Orihuela y Torrevieja, y provenía también de la Lista 3ª es decir de la pesca profesional. Uno de los primeros barcos deportivos de motor central fue el “Niecar” de D. Emilio Griñó, que con su inseparable Lorenzo “el Pisana” hacían muy buenas pesqueras a pocas millas de la costa.. .
Alquiler de barcos profesionales. Primeros "charters de pesca"
En aquella época los que aún no teníamos barco, alquilábamos a algunos profesionales sus embarcaciones. Así recuerdo pesqueras inolvidables a bordo del “Edmundo Ramón” que mandaba Francisco Mercader “el Pollita” un experto trasmallero del que aprendí, montones de “señas” que aún conservo. En su barco, una “busa” de 5 metros nos apiñábamos todos los domingos 5 o 6 amigos, además del patrón. También a veces nos sacaba a la mar, Amado, un “lince” en cuanto a conocimiento de los fondos marinos, del que recuerdo señas de pagel que aún funcionan.
Otro pescador profesional de los que aprendimos muchas señas de pesqueros fue Amado.
Otros como el “Calorín”, “el Bicicleta”, con su barco “ Amparo” , también sacaban a pescar a un grupo de amigos. También de Pepe Paredes, que pescaba a bordo de una embarcación llamada "Celia", y que compaginaba su trabajo de salinero con la fotografía y la pesca, aprendimos muchas señas, dado su conocimiento de la mar.
"Todos estos profesionales, y algunos citados mas arriba, han sido los verdaderos maestros para las primeras generaciones de pescadores deportivos de Torrevieja que pescaron al chambel mar a dentro. Ellos fueron los que nos mostraron las “señas” de los pesqueros, a veces trasmitidas durante generaciones de padres a hijos. No tenían a bordo mas que una sonda de mano que pocas veces usaban, y algunos no empleaban ni el compás. Con solo su maestría en el oficio y su conocimiento de la mar, les bastaba para llevarnos a sitios en los que entonces se hacían pesqueras inolvidables."
Hubo mas tarde algunos marineros del Club Náutico, como Pepe el Bufa experto en la pesca del atún al saltillo, del que aprendimos su eficaz técnica, o el amigo “Macoco” -bromista y socarrón donde los haya- del que también aprendimos señas o enfilaciones de sitios querenciosos de pagel o vidriadas.
D. Santiago y el Faraón
Por aquellos años había en Torrevieja un pescador muy conocido y estimado. Se trata del famoso D. Santiago Bernabeu, entonces Presidente del Real Madrid., que con “Juanitín (el “Macoco”) y con Pepe Ruso, (el “Faraón”) salía a pescar a bordo de la “Saeta Rubia”.
Posteriormente lo hicieron a bordo de una nueva embarcación que armó D. Santiago. Le llamó “Marizapalos” en recuerdo de una famosa querida del rey Carlos IV. Para Bernabeu, efectivamente, su barco y la pesquera eran (además del fútbol, claro) otra de las grandes pasiones de su vida.
Recuerdo que me contaron por aquellos años una anécdota con relación al “ Faraón” y a Bernabeu. Tenía éste, como es sabido, una gran personalidad. Pues bien, aquella mañana recibió una lección de su compañero de barco, que también tenía por lo que se verá, un recio carácter.
Aquel día estaban pescando en las “carihuetas”, ya que la mañana “pintaba” de maestral y el “faraón” no quería alejarse de la costa. En esa zona, dada su proximidad al cabo Cervera, pese al viento, había muy poca mar ya que aquel era de tierra. Ahora que, eso sí, había indicios de viento fuerte que no pasaban desapercibidos al “faraón” ya que en el cielo había pequeñas nubes blancas como “globicos” que saltaban las cumbres de las lejanas montañas y al avanzar se deshacían al poco tiempo. Para el viejo lobo de mar era claro que debían aguantar “en tierra seca”.
Pero esa mañana no picaba el pescado allí, por lo que D. Santiago no hacía más que decir que porqué no se acercaban a la culata del Carrilón, que no era para tanto el viento, que en Torrevieja eran demasiado precavidos, y que total había tan sólo 3 o 4 millas hasta allá.
El “ faraón” que ya había razonado el porqué se mantenían allí, no dijo nada. Fue a proa, levantó el hierro y dio avante al "Marizapalos"poniendo rumbo a las piedras de la culata.
Mientras navegaban hacia fuera no iban demasiado mal, pero en cuanto se fondearon “dijo el viento allá voy”. La mar se encrespó y las olas cortas pero ya grandes rompían contra la proa y salpicaban la cubierta. Al poco D. Santiago, preocupado, le comenta a su compañero: -¡ Desde luego aquí no se puede estar!-. El otro le contesta- ¡Pues ahora vamos a estar aquí hasta que yo diga!...
Aguantaron el “maestralón” hasta que el viejo lobo de mar pensó que su compañero ya tenía bastante.
Dicen que D. Santiago no dijo ni pío, y por supuesto siguió contando con el “faraón” para sus salidas de pesca.
En 1967 tuvo lugar la FUNDACIÓN DEL CLUB NÁUTICO DE TORREVIEJA.