El siguiente e interesante artículo de los bosques sumergidos en nuestra costa de Alicante-Mucia, es original de Alfonso Ramos Esplá. Profesor /e mérito de Ciencias del Mar de la Universidad de Alicante. El ha tenido la gentileza de colaborar de nuevo en esta web Gracias amigo por tu amistad y aportaciones que honran a esta página
Nuestro Mediterráneo es uno de los mares con mayor biodiversidad de Planeta, con solo un 7% de la superficie del océano alberga entre un 7-10% de la vida marina mundial. Entre estos organismos destacan aquellos que forman “bosques” (especies bio-ingenieras o formadoras de hábitat), siendo el más conocido las praderas de Posidonia oceanica o “algueros” (Fig. 1), verdadero regalo de la naturaleza que nos proporciona servicios fundamentales como oxígeno, captura del carbono y protege nuestras costas de la erosión por el oleaje; además, servir de alimento, refugio y zona de reproducción y cría de numerosas especies, algunas de interés comercial (p.e. sepia, salmonete de roca, ‘dop’ o falso abadejo). En la costa sur de Alicante (Torrevieja, Orihuela), conviene resaltar las importantes praderas frente a Punta Prima y Cala Mosca
Pradera superficial de Posidonia oceanica, Tabarca a 2m de profundidad. Se puede observar, un "saboner" (Crenilabrus tinca) y una dorada (Sparus aurata).
Sin embargo, hay otros bosques marinos frente a nuestras costas, localizados a más de 100m de profundidad y donde apenas llega la luz o son de obscuridad total, formados por animales que viven fijos al fondo. Son los grandes desconocidos y, al igual que la Posidonia, realizan importantes funciones al ecosistema marino, como zonas de alimentación, refugio y cría de numerosas especies, muchas de ellas con interés pesquero.
Los pescadores los conocen como “oliveras” y “candeleros”, y están formados por antozoos (del griego: animales-flor), especies parientes de las medusas (poseen células urticantes o cnidocitos) y viven unidos al fondo. Las “oliveras” corresponden a los “abanicos de mar” o gorgonias, y los “candeleros” a los corales blancos . Para una adecuada gestión de los recursos marinos y basándonos en un enfoque ecosistémico (con la protección del hábitat se protegen las especies),era necesario cartografiar y caracterizar estos particulares fondos.
Al respecto, el proyecto LIFE-IP-Intemares (Unión Europea y Fundación Biodiversidad del Mº para la Transición Ecológica), en el que participa la Universidad de Alicante (Departamento de Ciencias del Mar y el Centro de Investigación Marina de Santa Pola), ha permitido estudiar estos interesantes hábitats en el SE español, entre el Cabo Cervera (Alicante) y el Cabo Cope (Murcia), y a profundidades entre 100 y 2000m. El lector interesado puede consultar un anterior artículo sobre playas del Cuaternario (https://www.pescatorrevieja.com/playa-del-cuaternario-frente-a-torrevieja)
Frente a las costas alicantinas y murcianas, se han observado bosques de gorgonias y corales, principalmente, entre 200 y 800m de profundidad . Las gorgonias aparecen tanto en sustratos rocosos como fangoso, entre 150 y 800m; los corales sólo en sustrato rocoso, entre 200 y 600m. A ellos hay que añadir las ‘plumas de mar’ (Pennatuláceos) que también pueden formar bosques sobre sustrato fangoso entre 100 y 500m de profundidad.
Corales y gorgonias profundos sobre sustrato rocoso :
(A) coral amarillo (Dendrophyllia cornígera) en el Seco del ‘Planazo’ a 294m de profundidad;
(B) coral blanco (Desmophyllumpertusum) en Seco ‘PlisPlas’ a -585m;
Coral negro (Leiopathesglaberrina), Seco ‘Plis-Plas’ a 612 m
Gorgonias blancas (Placogorgiaspp.) con 2 ejemplares de besugos de mancha (Pagellusbogaraveo), Piedras al N del Secaño a -417m. Imágenes: Proyecto LIFE-Intemares (Fundación Biodiversidad, MITECO)
(*) La localización de los lugares se puede encontrar en el artículo de Andrés Javaloy: “Fondos marinos de nuestra zona” (www.pescatorrevieja.com/fondos-marinos-de-nuestra-zona/)
En los fondos fangosos, aparecen los bosques del “látigo marino” (Funiculinaquadrangularis), pertenecientes a las la plumas de mar; y los bosques del “coral bambú” (Isidella elongata) (fig. 3). Estos bosques profundos son de vital importancia para especies de interés pesquero, como merluza, bacaladilla, gamba blanca, cigala, quisquilla y gamba roja, ya que representan zonas de alimentación, reproducción y refugio.
El “látigo de mar” (Funiculinaquadrangularis) y una anémona-tubo (Cerianthussp.), Escarpe de Mazarrón a -240m; (B) “coral bambú” (Isidella elongata), Seco de Dentro (al W del Secaño) a -488m. Imágenes: proyecto LIFE-Intemares (Fundación Biodiversidad, MITECO).
Por desgracia estos frágiles hábitats, principalmente, los fondos del “látigo de mar” y del “coral bambú” que se desarrollan en fondos fangosos accesibles a la pesca de arrastre, están amenazados (Fig. 4). Aún losencontramos en zonas protegidas por afloramientos rocosos, donde dicha actividad pesquera no puede realizarse. Pero tampoco escapan los bosques de gorgonias y corales sobre sustrato duro, ya que los palangres y artes fijos de profundidad producen un efecto erosivo al arrancar dichas colonias.
Esqueletos de “latigo de mar” (F. quadrangularis) y “coral bambú” (I. elongata) capturados por pesca. Obsérvese el pie de anclaje del coral bambú en fondos fangosos.
Al respecto, el Plan de Acción Estratégico para la Conservación de la Diversidad Biológica en el Mediterráneo (Convenio de Barcelona, 1995) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha incluido a los corales blancos, amarillos, negros y bambú, entre las especies amenazadas y en peligro. Además, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura) considera los fondos de “coral bambú” y de las “plumas de mar” como Ecosistemas Marinos Vulnerables cuya protección es necesaria para una pesca sostenible, particularmente, para la cigala, de los recursos vivos marinos de profundidad.
La protección del ambiente marino, y con ello los recursos vivos asociados, es fundamental para una pesca sostenible. Es una responsabilidad de todos, tanto administraciones, como usuarios (profesionales y deportivos), científicos y público en general; y es nuestra obligación conservar estas joyas de la naturaleza para las generaciones futuras. Para proteger los hábitats profundos hay que conocerlos, y se ha comenzado a dar los primeros pasos en nuestras costas.