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Por Andrés Javaloy
17 de agosto de 2020
Pez espada de 72 kg logrado a bordo del JOSPER

Pez espada a bordo del Josper

Publicado en Pesca a Bordo en marzo del 2004.

A veces la pesca a fondo con carretes eléctricos depara gratas sorpresas al aficionado al capturar piezas impensables que proporcionan fuertes emociones y que superan con creces los sueños mas fantásticos del mas apasionado pescador.

Así les ocurrió aquel día a José Pérez, conocido pescador de Callosa de Segura y patrón del “Josper”, y a sus compañeros A. Maciá y A. Bernabeu. En su haber figuran dos récord locales. Una bacoreta de 15 kilos y una enorme pota. Aparte de ello ha capturado piezas notables como agujas imperiales y otros trofeos deportivos.

Habían salido de su puerto base, el Club Náutico de Torrevieja a las 5 de la mañana de aquel día de agosto.

A unas 24 millas al E de Torrevieja, existe una meseta rocosa submarina, conocida como el “Planazo” que se eleva, fuera ya de la plataforma continental, desde los 450 metros de sonda hasta los 230 m . Aunque ha sido sometida a gran presión pesquera por parte de palangreros y barcos deportivos locales, dada su extensión (una milla y media de E a O y unas 4 de Norte a Sur) el patrón de la “Josper” aún hace de vez en cuando, buenas pesqueras en sus coordenadas favoritas.

  

Preparando la pesquera

De camino hacia el pesquero prepararon dos cañas Kristal-Fishing con carretes modelo K F- 004 dotadas de control para velocidad variable y provista de mil metros de línea trenzada Dyneema Herculine de 0,51 de diámetro y de una resistencia de 80 libras . Su aparejo terminal se componía de línea de 0,9 mm en la que iban engarzados cametas de 10 cm del 0, 6 mm , con anzuelos de 2/0 , lastrado con un plomo de 750 gr. La última cada camada, la que descansaría en el fondo, era un poco mas larga – de unos 25 cm- y mas gruesa y llevaba una anzuelo del 4/ 0 para cebarlo con una alacha entera en busca de piezas grandes. Los demás anzuelos irían cebados con trozos de alacha ligeramente salada.

Una vez en las coordenadas, el patrón calculó cuidadosamente la deriva, teniendo en cuenta el viento del SO y la corriente dominante procedente del 210, para así “ caer” en la pequeña mancha de pescado que reflejaba la sonda a 260 metros de profundidad. Luego ordenó largar el ancla

La mañana transcurrió sin pena ni gloria. El besugo, a veces tan abundante en la zona, no se decidía a comer y a las dos de la tarde solo llevaban unos cuantos sables y un puñado de besugos y gallinetas: ( helicolenus dactylopterus ), llamadas localmente pollos.

De pronto un toque brutal en una de las cañas inclinó su puntera hacia el mar, al tiempo que el carrete cuidadosamente ajustado de freno, perdía línea. José empezó a izar lentamente el aparejo viendo como la caña aguantaba unas tarascadas tremendas por lo que para que no rompiera el aparejo aflojó ligeramente el freno. – ¡Debe ser una cherna enorme! aseguró. A los 20 minutos, cobrando y cediendo línea, solo había elevado el pescado unos 30 o 40 metros . En ese momento la caña se enderezó y la presión hacia abajo desapareció. – ¡Se ha llevado todo!- afirmó.. Quizás un sable, tan frecuentes en la zona, había cortado el aparejo. Dio mas velocidad a su carrete y abandonó momentáneamente la caña para preparar un nuevo terminal. Al poco uno de sus compañeros le dijo: ¡ José que ahí sigue clavado algo y tira como un demonio! El patrón ajustó de nuevo el freno y velocidad. La línea hasta entonces vertical hacia el fondo, cortaba el agua en diagonal al tiempo que el pescado ascendía alejándose del barco Al poco un tirón brutal hizo que la caña se arqueara de nuevo y que el carrete cediera línea de nuevo. El “bicho” se iba de nuevo hacia el fondo de un modo incontenible perdiendo el carrete mas de 250 metros de “forro”. La siguiente hora y media fue un completo tira y afloja, graduando el patrón la velocidad y freno del carrete y ayudando incluso a izar línea con la mano, de vez en cuando, ya que el carrete patinaba y lo notaba cada vez mas caliente.

¿Qué es eso?

A las dos horas, el pescado estaba prácticamente agotado y se dejaba subir pesadamente.
¡Madre mía! ¿Qué es eso? -Dijo Maciá- Allá abajo empezaban a ver un pez enorme blanquecino y alargado que al poco identificaron.

Los tres, inclinados sobre la borda, estaban alucinados. Un enorme emperador, que apenas se defendía ya, subía lentamente arrastrado por potente maquina del Kristal Fishing. El pescado iba algo liado con el aparejo y debía llevar por lo menos dos o 3 anzuelos clavados. Rápidamente prepararon dos bicheros y minutos después era gancheado, subido con dificultad a la plataforma de baño, y posteriormente introducido en la amplia bañera del barco, donde apenas se movió ya. La tripulación miraba asombrado el enorme emperador que parecía mirarles con sus enormes y bellos ojos azules y cuya gran espada permanecía ya inerme en cubierta La alegría estalló a bordo. 2 horas de lucha, mucha ansiedad y temor de perder el pescado pero lo habían conseguido. La “Josper” se apuntaba un nuevo triunfo.

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