La dorada (Sparus aurata) pertenece con el pargo la hurta y la herrera al género Sparus dentro de la gran familia de los Espáridos. A esta pertenecen la mayoría de los peces que el pescador deportivo encuentra cuando pesca a fondo: pageles, besugos, vidriadas, etc.
La dorada tiene un cuerpo comprimido con el dorso gris algo azulado, flanco amarillo plateado y aleta caudal escotada, poderosa y orlada de negro. Su cabeza es maciza ( recuerda a la del pargo) tiene una típica mancha dorada entre los ojos y otras marcas, negra y roja, mas o menos pronunciada, en el opérculo.
Vive en aguas templadas, en fondos arenosos poco profundos, cerca de praderas de algas o en fondos mixtos donde puede encontrar gusanos, moluscos, crustáceos de los que se alimenta. Merodea a menudo cerca de muelles o espigones portuarios. En invierno y especialmente a la hora de desovar se desplaza a profundidades de 30 a 60 metros donde el pescador deportivo sobre barco la encuentra con mas facilidad. Comparte su hábitat con vidriadas pageles y pargos.
La contaminación de las aguas es como sabemos nefasta para su reproducción y desarrollo ya que aquella lleva consigo la escasez de nutrientes : almejas gambas etc Pero sobre todo, el factor negativo fundamental es la sobrepesca profesional, provocada, entre otras causas, por la utilización de modernos métodos de localización de peces, como es el sonar.
Como contrapunto, la actividad industrial de piscicultivos en jaulas situadas en mar abierto (pese a algunos factores negativos que conlleva), han resultado muy positivos para la recuperación de la población de doradas en ciertas zonas de nuestra costa.
En la bahía de Torrevieja y Santapola y roquedales submarinos próximos se han hecho abundantes capturas de doradas, cuyas aletas caudales desgastadas nos indicaban que procedían de las jaulas de piscicultivo situadas en Guardamar y San Pedro del Pinatar distantes unas 10 millas.. En numerosas ocasiones, a causa del mal tiempo o debido a la costumbre que tienen las doradas de mordisquear las redes, se han producido roturas de las mismas con fugas masivas de aquellos espáridos.
En estado larvario se alimenta de plancton (que en las piscifactorías se le suministra en forma de microorganismos marinos que a su vez han sido cultivados, como son las artemias y rotíferos).
Posteriormente se utilizan piensos en cuya composición intervienen harinas de pescado y proteinas vegetales. En su medio natural, se nutre de gusanos, crustáceos, como cangrejos o pequeñas gambas y moluscos como almejas, a las que desentierra con su poderosa cola, o mejillones a los que trituran también con sus fuertes mandíbulas dotadas de dientes molariformes, capaces de romper incluso modernos anzuelos del 2/0.
En su medio natural, la dorada de un año pesa unos 70 gramos y a los dos años unos 200, pesando a los 3 unos 400 gramos, peso que alcanzan en piscifactoría a los 24 meses. A los 4 años pesan 800 gr. y a los 5 o 6, miden 40 a 41 cm y pesan 900 a 1400 gramos.
Para pescar desde embarcación, utilizamos siempre cañas finas de 3 a 4 metros, de fibra de carbón, carretes con líneas del 0,23 trenzadas y los clásicos aparejos de 3 anzuelos -Gamakatsu del nº 2-, empatados en camadas de 20 cm, engarzadas en el sedal por bolitas giratorias, por encima y debajo de las cuales ponemos bolitas fluorescentes o tubitos de colores.
Los pescadores de doradas desde la costa utilizan cañas mas largas de “surf casting” y aparejos terminales de un grosor de 0,30 a 0,35 mm.
A bordo empleamos sedal del 0,40 a 0,45 cuando encontramos bancos de doradas de mas del kilo de peso. La visibilidad en fondos de mas de 50 m. no afecta a esas pequeñas diferencias en los calibres de los terminales, y el roce de los dientes de la dorada nos han hecho perder demasiadas grandes doradas si empleamos sedal del 0,35.
Desde la costa se utilizan aparejos terminales de 1,5 m. con un solo anzuelo y un plomo corredizo por encima del quitavueltas para que la dorada no encuentre resistencia al tomar el cebo. También colocan ahí bolitas rojas de estiropor para hacerlo mas llamativo y elevarlo si hay un fondo de algas. En pequeños fondos de 20 ó 30 metros se pueden utilizar estos eficaces aparejos, teniendo la precaución de lanzar lejos, para que las guiñadas del barco no muevan el cebo del piso. Una vez efectuado el lance, sujete suavemente la línea cuando el plomo se hunde, para que no se enrede.
Use plomos con prolongación de canutillo por igual motivo. Al llegar al fondo conviene cobrar un poco de sedal para que el aparejo quede bien extendido sobre el fondo.
De ordinario coloreamos los plomos para atraer la atención de estos peces. Van engarzados en el aparejo por un emerillón que facilita su cambio. El “toque “ de la dorada a veces es brusco y seco. Otras veces se nota un discreta salida o aumento de peso . Dé un tirón fuerte para clavar pues la boca es dura. Tenga ajustado previamente el freno y dispóngase a disfrutar con calma y sin prisas del vigor y brava defensa de este animal.
En nuestra zona el preferido es el cangrejo ermitaño (como el que muestra la imagen), entero o en dos trozos si es grande.
Dada la escasez y los altos precios (se han llegado a cotizar hasta dos euros cada cangrejo), se están probando en nuestra zona otros cebos alternativos. Entra tambien a la gamba pequeña fresca o congelada y a la lombriz tita.Bajo una buena preparacion de la misma tomada de la web de Surfcasring El Dorado
En la Bahía de Cadiz da buenos resultados el “muergo” (navaja) y en Galicia los gusanos (lombriz de beta o titas) y el mejillón con o sin concha. Para sujetarlo se emplea hilo fino de medias enrollando el cebo Por su adhesividad da consistencia al cebo y lo hace mas resistente a los ataques de la morralla.
Para algunos, un cebo maravilloso para la dorada y el sargo es el setruco Se trata de un cebo que proviene del pepino de mar negro o marron oscuro que se halla en los fondos de roca y arena .
Es muy fácil de localizar ya que no hay que escarbar para encontrarlo . Se prepara de la siguiente forma: cortamos las puntas del animal, lo vaciamos de tripas y arena y lo abrimos por la mitad a lo largo. Luego con el cuchillo rascamos las paredes por dentro e iremos sacando una especie de piel blanca estriada de color blanco con manchitas . Trozos de esto son, según algunos expertos, “mortales” para las doradas. Por último la dorada entra también a la sardina fresca o algo salada.