| La seriola o pez limón (Seriola
dumerilii) ( en la foto de arriba) y el
palometón (Lichia amia), (en la foto de bajo),
son dos carángidos. Junto con ellos, los representantes
de esta familia en aguas ibéricas son especies tan aparentemente
dispares como el jurel, la sorela, la palometa o palomina (Trachinotus
ovatus), el lirio, muy semejante a la anterior aunque mas
alargado, (Campograma glaycos), e incluso el conocido
pez piloto (Naucrates ductor).
Palometón de 11,5 kilos pescado
con espetón al curricán, a bordo del "Chambel" |
El palometón y
la seriola son dos depredadores que viven en aguas poco profundas,
de ordinario en menos de 50 m, pero que se acercan a la costa
en primavera y verano para frezar. Se alimentan de especies
pelágicas como alachas, sardinas, lisas, caballas, calamares
sepias etc .
La seriola o lecha puede alcanzar excepcionalmente
un tamaño de dos metros y
80 kilos y el palometon 1,80 y 50 kilos
¿ Donde buscarlos?.
A veces se ve, dentro de nuestra rica bahía,
la imagen arrolladora de uno de estos formidables depredadores,
persiguiendo cardúmenes de lisas que saltan despavoridas
abriéndose en abanico por encima de la superficie del
agua.
Frecuentan en el verano los alrededores
de cabos o espigones de puertos, y en zonas
abruptas de fondos muy quebrados con grandes desniveles y acantilados
sumergidos, desde donde acechan a sus presas. En torno
a la reserva de Tabarca, abundan en el verano y principios del
otoño. Pero donde se encuentran mas a menudo las seriolas,
en la época de la freza, es en torno a barcos
hundidos si estos lo están en menos de unos
60 metros de sonda.

Imagen en la sonda del pecio "Ville de Verdun"
con un banco de pescado encima. Aquí se han conseguido
muchas seriolas
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Allí son localizadas todos los años
por pescadores de cerco, que las iluminan en la noche con las
luces de la mamparra, las hacen salir poco a poco con el estímulo
de la luz de la vertical del pecio, y luego las cercan con sus
redes, consiguiendo a veces pesqueras de varias toneladas, tal
como se puede ver en la foto de bajo.
Cebos.
Los preferidos y mas eficaces son los cebos vivos atacando estos depredadores, tanto lisas como pequeños
raspallones o besugos. Algunos de los mas eficaces los muestro
bajo: lisa, sepia y calamar. Es preciso encarnarlos cuidadosamente
para que permanezcan vivos el mayor tiempo posible.
A embarcacion a la deriva o fondeados,
las lisas o raspallones se pueden encarnar, del lomo. Al currican
muy lento, hay una técnica especial para encarnar
los cebos vivos. Si se trata de lisas se dispone un aparejo con
dos anzuelos, uno pequeño con el que se engancha el labio
superior de la lisa que servirá para arrastrarla lentamente
y otro, colocado en el mismo sedal a unos 6 a 8 dedos por detrás
de este, (segun el tamaño de la lisa), que se clavará
en la piel, procurando que no esté el sedal tenso para
que la lisa mueva la cola con libertad.
Con relacion a la sepia viva, otro de
sus cebos predilectos, el modo de engancharlas es parecido y lo
muestra la foto de bajo. El primero va en la punta del manto,
y el segundo pasado por el sifón, cerca de la cabeza
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Los cebos naturales muertos preferidos
son el espetón, la caballa y la alacha. Todos ellos son
más efectivos si se presentan al curricán lento.
El modo de cebarlos es pásándolo con una aguja fina
para colocar uno o dos anzuelos escondidos en su cola y cuerpo
y traccionando para arrastrarlos también de la boca como
he descrito mas arriba. ( ver también la página
anterior sobre la pesca de la choa). Artificiales. Hay mucha
oferta y variedad en el mercado. Uno de mis preferidos es la rapala
Rh de 11 cm, haciéndola navegar a 4 o 5 nudos, mejor plomándola
a unas 11 brazas del señuelo con una bala de plomo de unos
200 gr. Técnica. Aunque
se puede pescar a embarcación fondeada, anguando previamente,
o a la deriva, sobre zonas querenciosas, los mejores resultados
se obtienen al curricán, practicándolo sobre todo
al amanecer o al ponerse el sol.
En nuestra zona se emplea aún
mucho el curricán con línea de mano.Se
utiliza un sedal del 0,80 mm, lastrado con una bala de plomo
de medio a un kilo para que el lastre y el cebo pasen muy cerca
de los acantilados del fondo, o muy cerca del barco hundido.
Para ello, se suelta la suficiente línea mientras el
barco navega lentamente a un par de nudos, y cuando se nota
que el plomo toca el fondo, se cobra un par de brazas para evitar
enroques. Del plomo al cebo dejan unas 11 o 12 brazas.
Actualmente se pesca con caña
con ayuda de profundizadores. Ver la seccion dedicada a la pesca
del curricán
costero

Palometón de 29 kilos (actual récord del
Club) pescado por J.Barrios cerca de la escollera del
puerto de Torrevieja, utilizando aparejo de mano y un
espetón de cebo.
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