UNA ASIGNATURA PENDIENTE Acabamos de salir del puerto de Torrevieja. Navegamos aun muy despacio, sorteando las luces de los pequeños barcos que pescan el mabre cerca de la costa. Luego lanzamos el barco a l5 nudos. La mar está en calma y el “Chambel” se desliza suavemente. Ponemos proa a un vapor hundido en 80 metros de agua y distante de Torrevieja unas 25 millas .
El sol rojizo asoma ya por la ralla del horizonte, cuando a unos l50 metros por la amura de babor, vemos el espectacular salto de un pez espada de por lo menos un par de metros de largo. Quitamos máquina rápidamente y durante un buen rato lo tentamos tirando al mar unas cuantas alachas. Al comprobar que ha seguido su camino, al poco hacemos nosotros lo mismo.
Nos viene a memoria y comentamos mientras navegamos, el episodio de aquel precioso emperador que se acercó a nuestro barco mientras pescábamos el atún a la deriva. Era increíblemente hermoso, azul y plata, deslizándose majestuoso alrededor de nosotros a medio metro por debajo de la superficie lisa y cristalina del mar. Tenía casi 3 metros de largo y no menos de l00 kilos de peso. Comió repetidamente las alachas que le brindamos y luego le dejamos caer libremente una buena alacha prendida en el terminal de nuestra caña. Estamos llegando ya. Comprobamos que hay fondeados dos barcos justo encima del vapor, según nos está indicando nuestra sonda. Resultan ser el “Costelo” y el “Picobelo” ambos de unos amigos de Torrevieja que amarran en este Club. Nos fondeamos entre ellos. No hay mucha corriente y se puede pescar bien. Uno de ellos tiene amarrada por popa en el agua para mantenerla viva una preciosa cherna de 5 o 6 kilos.
Los chavales están disfrutando de lo lindo pues los toques son incesantes y el besugo sale a dos y a tres. |
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![]() Congrio de 15 kilos |
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| Ya en cubierta, arma un buen zafarrancho hasta que logramos meterlo en el cofre del pescado. En esto, es la caña de Pepe la que se hace un arco, anunciando que hay algo gordo allá abajo tirando de su sedal. Lleva un carrete eléctrico artesanal de fabricación propia. Vemos que trabaja de maravilla y pronto tenemos un congrio de mas de l5 kilos al alcance del gancho. !No tengo mas remedio que trabajar al bicho con el sedal en la mano! Corre a una velocidad endiablada y por supuesto que dadas las circunstancias, el es el verdadero dueño de la situación.. Poco a poco lo acerco. !Es un pez espada! Tendrá solo de 20 a 25 kilos pero tira como un toro y la fina línea de mi caña se me clava en los dedos. Pido los guantes y que me preparen el gancho pues lo tengo ya casi al costado del barco. En ese momento da una arrancada hacia proa, se lleva por delante uno de los volantines del barco de al lado, da luego la vuelta a nuestro cabo de fondeo y rompe mi línea por fin. Nos quedamos de momento silenciosos y decepcionados, pero pronto reina el buen humor. La pesquera ha sido buena y el día maravilloso.
He querido incluir en este artículo unas cuantas fotos, de otros colegas de este Club, que lograron pescar el pez espada en aquella época. Posteriormente otros afortunados pescadores del club, han lograqdo otros estupendos ejemplares. |
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