DORADAS DESDE LA COSTA .EL TRIUNFO DE LA PERSEVERANCIA
    

    De nuevo traigo a esta página las capturas de un buen pescador oriolano desde costa. Y lo hago por su bonita captura y también por las reflexiónes que se me ocurren a mi, como pescador sobre barco.
    Una de ellas es que a veces nos empeñamos en ir cada vez mas lejos y mas hondo , en busca de esos esquivos peces que añoramos, cuando a menudo los tenemos bien cerca de la costa, como demuestran estas capturas de Mariano y José. La segunda es la reflexión de los poco pacientes que somos en la elección de caladeros. Cuando nos hemos desviado tan solo 15 o 20 metros del punto de fondeo elegido o cuando no pican casi inmediatamente, incluso viendo peces en la sonda, nos largamos a otro pesquero o repetimos fondeos con el consiguiente riesgo de ahuyentar los peces al sacar y largar el ancla. El pescado aunque tenga querencia a sitios puntuales por las características del fondo o la presencia de alimento, se mueve y busca en los alrededores y antes o despues puede encontrar nuestro cebo
     Creo que Mariano y su amigo (y en general el pescador de costa) nos dan un buen ejemplo en este sentido, como pueden comprobar en la nota que me envía Mariano, acompañando su bonita pesquera, que reproduzco por su i nterés.

     Adjunto te envío las fotos de nuestra última cosecha. Son 3 doradas casi idénticas de entre 1,300 y 1,400 kg y un sargo de 780 gramos. Tuvimos un día perfecto en lo climatológico y por suerte también en cuanto a resultados. La primera dorada cayó a las 10 y media, la segunda cerca de la 1 del mediodia, el sargo sobre las 5 y media de la tarde y la última dorada al recoger a las 6 y media cuando ya se estaba metiendo el sol.
     Poco antes de esta última se nos soltó algo enorme. No sabemos el peso que tenía, ni siquiera si era una dorada o no. Lo que sí pudimos ver fue el bestial tirón que le dio a la línea, que casi tumba la caña de no ser porque el carrete está siempre un poco abierto y porque desde hace unos meses usamos hilo trenzado. José, que tiene experiencia con alguna que otra Chova de más de 10 kilos, trabajó aquello mientras pudo, pero finalmente se escapó. Él dice que nunca un pez le había tirado tanto. Quizás fuese un depredador, un denton grande o una dorada enorme, pero ya no lo sabremos. No obstante, a pesar de la decepción puntual de ese momento, pensamos que gracias al buen tiempo reinante y lo espaciado de las capturas, el día se nos pasó volando y fue el más entretenido que recordamos.


Su compañero José con el total de las capturas